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viernes, 24 de diciembre de 2010

FELIZ NAVIDAD!



Llevo dos días de vacaciones y tengo la sensación de no haber salido nunca de Albacete. Sus calles, las caras de la gente que me saluda, el ambiente de alegría que siempre se vive en esta ciudad forman parte de mí.

En vacaciones de Navidad recupero casi en su totalidad mi vida anterior. Sólo la oración distingue mi vida actual de la de hace dos años. Esta mañana he estado en el taller, levantando la casa de “Dora la Exploradora”, que desfilará en la cabalgata de reyes. Después he ido a comer a casa de mi madre.
Y ella, como siempre en este día, corriendo para allá y para acá, se afana en preparar todo lo necesario para llevar a la casa de campo de mi tía. La ensaladilla, el marisco, la carne, el caldo de cocido…

Allí nos juntaremos, como desde hace veinte años, mi madre, hermanos, tíos, primos, respectivas parejas, respectivos hijos, y respectivos animales de compañía. Total: unos 22 cuerpos comiendo y bebiendo.

No hablamos mucho de lo que celebramos. La mía no es una familia especialmente religiosa. Se respetan las opciones, la fe de cada uno, pero no nos reúne el amor al recién nacido.

Yo siempre he creído que en el fondo, es Cristo el que nos reúne. Cristo que habitaba en el corazón de mi abuela y que quería ver a sus hijos y nietos juntos. Hoy, después de más de diez años en que ella se marchó muy contenta al cielo, seguimos reuniéndonos.

Pero me apena que no todos mis familiares puedan sentir la felicidad que hoy siento yo. Me entristece que no descubran el milagro que va a suceder esta noche. No el milagro que pasó hace más de dos mil años, no. ¡Dios nace esta noche!.

De la carne de María, Dios toma carne y de esa forma se acerca a los hombres y así acerca también a los hombres a Dios. ¿Puede existir algo más hermoso?.

Por eso nuestra religión es hermosa, porque seguimos a un Dios que nos comprende, que se hace camino y se pone delante, llevándonos de la mano. En el camino nos acompaña también la madre. María presente y pendiente en y de nuestras vidas.

Deseo que esta noche, estos días, seamos capaces de dejar que el niño Jesus esponje nuestros corazones y nos haga ser mejores personas, hasta el día en que , otra vez todos juntos, podamos celebrar la Navidad celestial que nunca se acaba.

Feliz Navidad!!

3 comentarios:

  1. Comprendo taaaaan bien esa sensación... En mi casa igual, antes teníamos que juntarnos por decreto en casa de mi abuela, pero las familias van creciendo (gracias a Dios) y las abuelas debilitándose hasta que mueren y hay que cambiar la casa de la abuela por el chalet, o por la casa de la tía.

    Ellas nos dejan el legado, la unidad de la familia, pero todo viene de la Sagrada Familia, de Jesús naciendo viniendo al mundo para juntarnos a todos y disfrutar; al fin y al cabo y le pese a quien le pese de mi familia, del Gobierno o de los culturetas que hay por ahí, la Navidad sin Dios son sólo vacaciones.

    Por otra parte, el otro día me salió la duda, con las peticiones de la Oración por las vocaciones, cuando dijiste por los que están en la Gracia de Dios...¿Por qué se pide por los muertos que están en el Cielo que están mucho mejor que todos nosotros y no se pide por los que están en el Infierno, que son los realmente jodidos?

    Belmonte

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  2. Bueno, pues pedí por los que están en la Casa del Señor, porque yo soy de los que piensa que el Señor finalmente perdona a todos. Por eso creo que todos están en su Casa. Pero ciertamente debemos pedir por los que están en el infierno o en el purgatorio.

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  3. Hombre, si lo vemos como pedir por los que están en la Casa del Señor, pero todavía en el pasillo, esperando a poder entrar en el salón grande, donde está el Señor, sería pedir por los que están en el purgatorio, ¿no? Porque los que están en el infierno, pues de poco les aprovechan ya nuestras oraciones...

    El vecino de enfrente.

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